Thanko MAME-CAM: otra MiniDigi que bate récords
Ya conocíamos algunas cámaras digitales de tamaño extremadamente reducido como la Rollei, la cámara llavero de Green House o la reciente Chobi.
Pero hoy hemos descubierto la última maravilla en cámaras de tamaño miniatura: la nueva MAME-CAM, una micro-cámara digital que sorprende por su tamaño y peso, más propios de cámaras como las que se utilizan en microrrobótica o de espionaje, así como por sus posibilidades que no son tan limitadas como yo me imaginaba, pues tiene un sensor de 2 megapíxeles que produce fotos de 1600×1200px y vídeos de 640×480 a 30fps, compatibilidad con tarjetas microSD de hasta 32GB (¡de sobra!) y una autonomía de hasta 36 minutos grabando vídeo sin parar.
Quizá no sea tan potente como otras, pero sus 11 gramos de peso y sus dimensiones de 30 × 27 × 27 mm creo que la hacen imbatible si nos queremos convertir en espías o atrapar esas preciadas y tan deseadas imágenes en las que el fotógrafo pasa completamente desapercibido en un ambiente más íntimo donde de otra manera sería prácticamente imposible (como por ejemplo un vagón de metro o cualquier otro sitio donde las distancias son cortas).
Es cierto que hay muchísimas cámaras igual o aún más pequeñas en el mundo de la micro-electrónica, pero la diferencia que veo es que ésta sí tiene forma de cámara – imita a una DSLR normal y corriente – y además es autónoma (no es simplemente un captador que tiene que estar conectado a un controlador con alimentación y unidad de almacenamiento), pudiéndola utilizar como cualquier otra cámara corriente y permitiendo hasta utilizar un disparador remoto.
Además si la queremos la podemos comprar en Japón a un precio de tan sólo 95 dólares.
A lo mejor no nos entusiasma como herramienta de trabajo (¡os aseguro que a mí sí!) pero quizá es una idea para un buen regalo a nuestro amigo o familiar fotógrafo al que ya no sabemos qué más regalarle.
Ya conocíamos algunas cámaras digitales de tamaño extremadamente reducido como la Rollei, la cámara llavero de Green House o la reciente Chobi.
Pero hoy hemos descubierto la última maravilla en cámaras de tamaño miniatura: la nueva MAME-CAM, una micro-cámara digital que sorprende por su tamaño y peso, más propios de cámaras como las que se utilizan en microrrobótica o de espionaje, así como por sus posibilidades que no son tan limitadas como yo me imaginaba, pues tiene un sensor de 2 megapíxeles que produce fotos de 1600×1200px y vídeos de 640×480 a 30fps, compatibilidad con tarjetas microSD de hasta 32GB (¡de sobra!) y una autonomía de hasta 36 minutos grabando vídeo sin parar.
Quizá no sea tan potente como otras, pero sus 11 gramos de peso y sus dimensiones de 30 × 27 × 27 mm creo que la hacen imbatible si nos queremos convertir en espías o atrapar esas preciadas y tan deseadas imágenes en las que el fotógrafo pasa completamente desapercibido en un ambiente más íntimo donde de otra manera sería prácticamente imposible (como por ejemplo un vagón de metro o cualquier otro sitio donde las distancias son cortas).
Es cierto que hay muchísimas cámaras igual o aún más pequeñas en el mundo de la micro-electrónica, pero la diferencia que veo es que ésta sí tiene forma de cámara – imita a una DSLR normal y corriente – y además es autónoma (no es simplemente un captador que tiene que estar conectado a un controlador con alimentación y unidad de almacenamiento), pudiéndola utilizar como cualquier otra cámara corriente y permitiendo hasta utilizar un disparador remoto.
Además si la queremos la podemos comprar en Japón a un precio de tan sólo 95 dólares.
A lo mejor no nos entusiasma como herramienta de trabajo (¡os aseguro que a mí sí!) pero quizá es una idea para un buen regalo a nuestro amigo o familiar fotógrafo al que ya no sabemos qué más regalarle.
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